domingo, 15 de abril de 2007

SOBRE EL MATRIMONIO

DEL POETA GIBRAM JALIL GIBRAM


Nacisteis juntos y juntos permaneceréis para siempre.
Aunque las blancas alas de la muerte dispersen vuestros días.

Mas dejad que en vuestra unión crezcan los espacios.
Y dejad que los vientos del cielo dancen entre vosotros.
Amaos uno a otro, mas no hagáis del amor una prisión.
Mejor es que sea un mar que se mezcla entre las orillas de
vuestra alma.

Llenaos mutuamente las copas, pero no bebáis sólo en una.
Compartid vuestro pan, mas no comáis de la misma hogaza.
Cantad y bailad juntos, alegraos, pero que cada uno de
vosotros conserve la soledad para retirarse a ella a veces.
Hasta las cuerdas de un laúd están separadas, aunque vibren
con la misma música.

Ofreced cuestro corazón, pero no para que se adueñen de él.
Porque sólo la mano de la vida puede contener vuestros corazones.

Y permaneced juntos, mas no demasiado juntos:
Porque los pilares sostienen el templo, pero están separados.
Y ni el roble ni el ciprés crecen uno a la sombra del otro".

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